Se trata de una clasificación que nos ha hecho sufrir mucho aquí en la redacción. No ha sido fácil encontrar un punto de encuentro (de hecho diez!) como no fue fácil convencer algún editor a renunciar a un modelo que odiaba porque había otros que eran aún peores. Encontramos que no hay límite para lo peor y que los fabricantes de automóviles no se detienen casi nunca a un solo error, aman los coches más feos y persisten con las opciones antiestéticas e irracionales. Nos encantaría, tarde o temprano, escribir una segunda pieza con los coches que no se incluyeron en esta, pero por ahora disfrute de nuestro ranking de los experimentos a cuatro ruedas peor salidos de la historia del automóvil. Hay que decir que algunos de estos modelos parecían muy futuristas para la época, pero ya hemos llegado al futuro, y no han salido así (por suerte)
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