8. ¿A tu casa o la mía?
Si el fuego de la pasión arde, mejor apagarlo en la primera cita. Prolongar el placer de la espera es siempre una buena manera de aumentar el juego de la seducción y el cortejo. Con esta frase arriesgas aplanar y amortiguar su interés en futuras citas. La naturaleza masculina se estructura en torno a la idea de la conquista, así que hágase perseguir un poco. Esto sin duda va a estimular la interacción, la imaginación y el deseo. Guárdelo en la parrilla diciéndole: «Te deseo mucho, pero ahora tengo que irme ….»