1) La diferenciación entre el día y la noche
La alternancia entre el día y la noche no está clara para el bebé. Durante los primeros meses de vida, todo el día está marcado exclusivamente por el ritmo de las comidas. Las hormonas que intervienen en la producción de leche son la prolactina y la oxitocina. La oxitocina también es responsable de las contracciones que desencadenan el parto y se produce principalmente durante el sueño, por lo que la mayoría de los partos se inician en mitad de la noche. Esta premisa es necesaria para entender cómo, al menos en la primera fase, es muy raro conseguir que un bebé duerma toda la noche, sobre todo cuando es amamantado. Dicho esto, con el paso de los meses es posible adoptar una serie de estrategias, rituales y buenos hábitos para acompañar al bebé a una adecuada diferenciación entre el día y la noche.