2) Establecer un espacio para dormir
Identificar un lugar preciso y cómodo para dormir es fundamental. Como recomienda la pedagoga italiana Montessori Grazia Honegger Fresco, autora del libro “Facciamo la nanna”, hasta el año de edad el niño debe dormir cerca de sus padres. Tanto si prefieres que tu hijo duerma en la cama o en una cuna en tu habitación, esta práctica ayuda a tu hijo a armonizar su patrón de sueño con el de los adultos más rápidamente. Un estudio de la Academia Americana de Pediatría también recomienda este método para prevenir la muerte de cuna o SMSL. Dormir al lado de los padres garantiza un sueño tranquilo pero más ligero para el bebé, que así puede despertarse en caso de regurgitación, manta en la cara u obstrucción de las vías respiratorias.