7) Sal
La sal ha sido siempre un bien muy valioso. De hecho, además de condimentar platos, en los siglos pasados tenía la tarea de preservar los alimentos. Esto es posible porque: la sal, al absorber el agua de los alimentos, los hace menos apetecibles a las bacterias. De esta manera, una densa capa de sal gruesa posee una función protectora. En efecto, sin la presencia de agua en los alimentos, las bacterias no son capaces de multiplicarse y de afectar la calidad de las comidas. Por lo tanto, la sal no posee fecha de vencimiento y podrán usarla sin problemas incluso después de años, tanto en las comidas como en la limpieza de la casa.