3) No necesitas «sentar cabeza»
Estar soltera me ha hecho muy selectiva, y lo digo en el mejor sentido posible. Debemos ser exigentes al momento de elegir con quien pasar el resto de nuestras vidas. Estar sola me ha enseñado que no tengo que conformarme con alguien sólo porque está bien establecido y tiene un objetivo claro en su vida.