Todos aprendimos un poco sobre los pechos en la clase de biología y mucho sobre los pechos cuando nos salieron. Pero todavía hay más cosas que estamos aprendiendo acerca de nuestro tetas, cotidianamente. Aquí hay 10 cosas que aprendimos últimamente, por ejemplo:
1. Hay una física de los sujetadores.
El «soporte de hombros para peñascos» (como mi madre ha llamado los sujetadores desde que tenía la edad suficiente para usarlos) tiene unas leyes de física fascinantes. De acuerdo con la revista Discover, los senos pueden ser apoyados por una de dos maneras – gracias a la encapsulación, aplicada a través de las antiguas copas preformadas que se ajustan alrededor de la mama, y la compresión – que es como los sujetadores deportivos modernos se comportan, comprimiendo sus marcas femeninas firmemente contra su pecho. La ciencia no significa que sea más cómodo, sin embargo.
2. Una copa E puede llegar a ser muy pesada.
De acuerdo con el mismo artículo Discover Magazine, un par de tetas de copa E pesan entre 6 y 9 kilos, que extrañamente se comparan con el peso de dos pequeños pavos. Cuanto más se sabe mejor, supongo? Nunca me había parado a pensar en el peso de los pechos en si. Claro, yo también a veces padezco de dolores de espalda, seguramente debidos a mis pechos, pero pensar que cada uno pesa como un perro tampoco tan pequeño.
3. El tamaño «ideal» de los pechos ha cambiado a lo largo de la historia (lo cual viene a demostrar una cosa: no hay un verdadero tamaño ideal para las tetas)
Vamos a dejar una cosa clara: todos los pechos son hermosos. Pero en las últimas décadas, con el auge de la cirugía plástica, los senos grandes se han vuelto más populares (con la excepción de la era Kate Moss en los años ’90). Mientras que, en las sociedades antiguas, las mujeres con pechos más pequeños se consideraban ideales. En el Antiguo Egipto, muchos jeroglíficos retratan las mujeres con los pechos de copa ‘triple A’, mientras que en la cultura griega y romana, las mujeres bien formadas con pechos pequeños eran considerados ideales.
4. Algunas de las pinturas rupestres más antiguas de la anatomía femenina fueron creadas por adolescentes. No es broma.
Las primeras pinturas rupestres de finales del Pleistoceno, hace entre 35.000 y 10.000 años, muestran un montón de fotos de cabra montesas, osos y otros animales de caza. Pero también se cree que un gran número de chicos adolescentes de la época pintaban mujeres con el torso desnudo y con amplios pechos. (CONTINUA EN LA PAGINA 2)