En los zapatos, los olores y los moldes son un problema muy común del que es difícil escapar. A pesar de que en venta existan muchos desodorantes pensados específicamente para zapatos y pies, es casi imposible evitar estos molestos problemas que dependen de las bacterias que se forman y se crían en un ambiente cálido y húmedo como el de los pies sudados.
En algunos casos, también se pueden formar hongos y mohos que, del mismo modo, son la causa de los malos olores. Una adecuada y prolongada higiene de los pies y calcetines es el primer paso para evitar esto, pero también el lavado de los zapatos en sí es importante, así como la fase de secado.
Cuando llueve, de hecho, es bueno hacerlas secar de la manera correcta mediante la inserción de una bola de papel de periódico en el interior, de manera que la humedad y el mojado del zapato sean absorbidos.
Los malos olores y los moldes se pueden contrarrestar de manera efectiva, incluso sin el uso de productos químicos.