Con el ritmo frenético que tiene nuestra vida cotidiana, estamos muy acostumbrados a hacer todo lo más rápido posible y, generalmente, limpiamos nuestra casa o apartamento de un modo automático y superficial. La «rutina clásica» de limpieza generalmente incluye: pasar la aspiradora y el trapo, quitar el polvo de los muebles, y sacudir las alfombras, pero terminamos por olvidarnos de algunos rincones importantes.
Casi nadie recuerda fijarse en las puertas de la casa y también los muebles de la cocina que están entre los elemenos más dejados de lado pero que, sin embargo, con el tiempo acumulan suciedad y dan la impresión de una falta de atención en la limpieza del hogar. Los muebles y aberturas pueden ser de diferentes materiales, pero muchas veces se convierten en víctimas de los humos y las acciones en la cocina, por lo que presentan manchas de comida y suciedad de los fogones.
En realidad dejarlas limpias y relucientes es más fácil de lo que se puede llegar a pensar. Bastan unos pocos minutos y seguir estos consejos para dejar todo desinfectado y como nuevo.