Los clásicos «blue jeans» como escribió David Bowie en su canción, empezaron a ser una prenda esencial para hombres en la década de los cincuenta. Para finales de los años ochenta, ya se habían convertido en tendencia alrededor del mundo. Desde entonces, son una prenda indispensable en el armario de casi cualquier persona. Un «básico» icónico.
Todos tenemos un par de jeans que amamos en nuestro armario, ese que no se compara con ningún otro. Intentaremos dar algunas indicaciones para poder cuidarlo y que se vea bien durante mucho tiempo, no pierda su color, ni se desgaste la mezclilla. Nos ocuparemos de cómo hacer para mantenerlo en su aspecto original.
Si bien es una tela que se caracteriza por ser resistente, hay que tener algunos cuidados para asegurarnos de que no se desgaste y poder disfrutar durante mucho tiempo de esta prenda que es un básico de cualquier closet.
¿Cómo lavar los jeans?
¿Cada cuánto lavaba John Wayne sus vaqueros cuando galopaba días por las llanuras del lejano Oeste? Difícil pensar que lo hiciera después de cada uso, una vez al día o siquiera una vez a la semana.
Al momento de limpiarlos, la tradicional marca Levi’s , creadora de esta prenda icónica, aconseja voltear los jeans al reverso, para protegerlos de cualquier mancha o daño que pueda generar el detergente. Igualmente, la empresa recomienda lavarlos a mano, con agua fría y sin utilizar secadora.
Lo ideal es preparar el lavabo o recipiente con agua fría y una pequeña cantidad de detergente líquido suave. No se aconseja el detergente en polvo, ya que es demasiado fuerte y podría desgastar la prenda. Colocar los jeans y asegurarse que queden bien sumergidos. En el caso de que haya alguna mancha, es suficiente con frotarla suavemente con un paño.
Dejar la prenda en el agua enjabonada entre 15 a 30 minutos. Pasado este tiempo, drenar el agua sucia y enjuagarlos bien con agua fría. Para retirar el exceso de agua, lo ideal es no estrujarlos, sino doblarlos y apretarlos con las palmas abiertas hasta que salga el mayor exceso de agua posible. Por último, extiéndelos bien y cuélgalos al aire en un tendedero. De este modo, tus pantalones estarán bien limpios, perfumados y casi planchados, ¡listos para usar!