1) Lavar las toallas con detergente
A menudo se piensa que, para obtener mejores resultados, es necesario usar grandes cantidades de detergente. Si bien dijimos que lo ideal es lavar con bicarbonato y vinagre, algunas personas prefieren seguir confiando en su detergente habitual. En realidad, estos detergentes tienden a acumular sustancias químicas que, después del lavado, obstruyen el tejido, lo que lo hace más áspero y, en este modo, le impide la absorción del agua. Menos es más.