8) Cortar una naranja
Si queremos naranja, estamos acostumbrados a pelarla primero y luego cortarla en cuñas. Durante esta acción, sin embargo, el zumo de naranja normalmente se vierte en nuestras manos y, a menudo, también corremos el riesgo de manchar la ropa. Bueno, si primero la cortas en cuñas (con la cáscara todavía unida) y la abres (como se muestra en la foto), ¡este problema se puede evitar!