4) Presta especial atención a los labios
Con la llegada del invierno, los labios son una de las primeras zonas en pedir auxilio. En efecto, la fina capa de piel que poseen los labios hace que sean especialmente sensibles al frío, por lo que muchas veces se secan y agrietan, llegando en ciertos casos incluso a sangrar.
Para protegerlos, debes evitar humedecerlos (como hacemos comúnmente con saliva) aún cuando los sientes secos y tirantes, pues esto los irrita aún más. En verdad, si bien la saliva puede dar en un primer momento una sensación de alivio, en realidad empeora la situación ya que no posee propiedades hidratantes. Para mantenerlos saludables, es importante entonces el uso de bálsamos labiales hidratantes o de vaselina