5) Evita los cambios bruscos de temperatura
Los cambios bruscos de temperatura, del frío al calor y del calor al frío, pueden ser muy perjudiciales para la piel. En efecto, pueden ocasionar alteraciones como la sequedad, la aceleración del envejecimiento y la cuperosis (capilares dilatados). Por ello, especialmente si tienes una piel sensible, es importante que tengas cuidado con ellos.