5. No están hechas para ponerse a dieta.
La primera regla para no fallar es perder peso porque lo queremos. Es imposible hacerlo sólo porque a los otros les gustaría esto de nosotros o porque nos convencen de que unos kilos menos se sentirían mejor. Si nosotras estamos bien así, no hay razón para cambiar.
Resultado? Si nos gusta nuestro cuerpo más redondo y bien formado, pero favorecemos la voluntad de otros por comenzar una dieta, seguramente no podremos mantener la atención necesaria para aguantar el rumbo, porque no viene de dentro.(CONTINUA EN LA PAGINA 6)