Después de 8 horas de duro trabajo, entrenamiento intenso, o de paseo bajo el sol, un día a través de la contaminación o de cualquier otra actividad extenuante, llegar a casa y tomar una ducha es seguramente el momento más esperado. Tomarse un momento, dejar atrás todos los pensamientos y dedicar la debida atención a nuestro cuerpo después de los esfuerzos diarios puede ayudar a recuperarnos fisicamente y mentalmente.
La sensación transmitida por una ducha es impagable, no sólo en cuanto a la limpieza. Después de un buen baño, nos inunda una sensación de frescura y energía.
A veces, a pesar del día agotador, después de una ducha sentimos como el cansancio desaparece y notamos como estamos listas para hacer un millar de otras actividades: salir, ir al restaurante, ir a bailar hasta el amanecer, estarse despiertas para ver los últimos episodios de nuestra serie favorita.
Sin embargo, cuando tomamos una ducha siempre cometemos algunos errores (inconscientemente!) que pueden parecer inofensivos al principio, pero que, si se evitan, puede resolver algunos grandes problemas.