6) La temperatura de la ducha
Sobre todo en invierno, cuando fuera hace mucho frío, la tentación de tomar una ducha con agua muy caliente es alta. Este error tan común puede causar problemas a la circulación, provocando, entre otras cosas, bajones de presión. También, puede causar irritación y enrojecimiento de las pieles sensibles, así que siempre es mejor lavarse con agua un poco más templada.