1) Las castañas
Con el otoño llegan los primos fríos y, junto con ellos, las castañas. De hecho, cuando pensamos en esta estación, a muchos nos viene a la mente la imagen de los boques recubiertos con hojas secas y erizos de castaños. La castaña es un alimento muy rico y versátil: hasta la conquista de América, en algunas zonas de España, las castañas ocupaban el lugar que luego ocuparían las patatas en la alimentación de los habitantes.
Este fruto tiene la característica de ser más rico en hidratos de carbono, pero bajo en grasas, que el resto de sus familiares. Pueden ser cocinadas y comidas en una variedad de modos: hervidas, al horno, asadas y, aunque resulte sorprendente, también crudas.