Sabemos como un perro o un gato pueden enriquecer y deleitarnos la vida. El afecto que son capaces de dar es realmente sorprendente, tanto que a veces cumplen para nosotros verdaderos actos de heroísmo. Por esto adoptar un perro o un gato es ante todo un acto de amor hacia nosotros mismos: estamos acogiendo un compañero que nos dará momentos divertidos e inolvidables, pero también un amigo valiente siempre dispuesto a arriesgar su vida para salvar la nuestra. Leer para creer.