3) Aceites esenciales
Sobre todo en primavera y en verano, cuando se empieza a tener las ventanas abiertas, las hormigas se convierten en una plaga: entre las filas de los aliados que se pueden utilizar para ganar esta batalla están los aceites esenciales.
Que sean de romero, la menta, cítricos o de cualquier otra fragancia, son suficientes unas gotas diluidas en un frasco con un poco de agua, para liberar a las zonas más pobladas por estos pequeños insectos.
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