1) La respiración y el sueño
En otras palabras, es como si la respiración fuera educada de cierta forma para que seamos menos agitados: al hacerlo, el cuerpo almacena una mayor cantidad de oxígeno en el curso de la inhalación y durante la retención de la respiración. Con la exhalación, en cambio, se expulsa una mayor cantidad de dióxido de carbono. Como se puede adivinar, el resultado es una eficiencia corporal muy mejorada, mientras que los latidos del corazón se vuelven más lento y todo el cuerpo se relaja. Poner a prueba este método para llegar con facilidad al sueño garantiza unos resultados casi increíbles: todo esto con la máxima facilidad, para encontrar la relajación perdida.
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