El laurel es una planta que a menudo se usa en la cocina para perfumar y mejorar los platos de carne y pescado: en el pasado, se usaban tanto las bayas como las hojas, mientras que hoy se tiende a preferir sólo estas últimas.
De todos modos, se trata de un ingrediente natural que posee múltiples propiedades beneficiosas para el cuerpo, propiedades que todos deberían conocer.
Las hojas y las bayas de laurel contienen en diversos porcentajes un aceite esencial (las primeras contienen de 1 a 3% de aceite esencial, mientras que las segundas pueden contener hasta un 10%) compuesto por geraniol, cineol, eugenol, terpineol, felandreno, eucaliptol, pineno, elementos que poseen propiedades apetitivas (es decir, que estimulan el apetito), digestivas y carminativas (en síntesis, un remedio que elimina el aire que se ha acumulado en el estómago y el intestino).
En resumen el laurel, además del perfume, posee muchas propiedades adicionales y no es casualidad que fuera muy conocido y apreciado ya por los griegos y los romanos, que, por otra parte, lo asociaban a la gloria, al éxito y a la fama (como lo demuestra el hecho que los poetas fueran identificados con coronas de laurel).