Tener un electrodoméstico como la lavavajillas en la cocina es una ventaja para nada irrelevante en la vida de aquellas que, por trabajo o por otras razones, se ven obligadas a pasar muchas horas fuera de casa.
Ser capaz de ahorrar algo de tiempo en las tareas con el fin de dedicarse a la relajación y a sus pasiones es un lujo que puede dar sólo la lavavajillas. Gracias a esta valiosa invención, concebida en 1886 por Josephine Garis Cochrane en Illinois (EE.UU.), la calidad de nuestra vida diaria puede ser mejorada significativamente, pudiendo confiar en un aparato que pueda lavar grandes cantidades de cubiertos y platos rápidamente.
La lavavajillas, que este año cumple 130 años, no sólo ahorra tiempo evitando de hacerte lavar los platos a mano: es también una herramienta muy ecológica y respetuosa del medio ambiente.
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