2) Agua y jabón: el método más sencillo:
Utiliza agua y jabón, frotando con una esponja no abrasiva sobre el área a limpiar. Sucesivamente enjuaga con un trapo de microfibra. Éste método se adapta a todos los materiales, pero presta más atención a la madera porque tiende a absorber el agua y a hincharse. En este caso disminuye la cantidad de agua y seca rápidamente. Para las manchas más difíciles puedes probar con el alcohol desnaturalizado, que es un producto muy económico pero que funciona muy bien. No te olvides de prestar atención también al agua que utilizas. Si contiene demasiado hierro y calcio podría oxidar o corroer el material de las puertas.