Quien tiene baldosas en casa sabe bien el toque de elegancia que le dan a los suelos, pero también a lo difícil que puede resultar limpiarlas en profundidad, sobretodo en algunos puntos concretos.
Per suerte, no es necesario recurrir a agentes químicos (que corroen nuestros bonitos suelos y son nocivos para nuestra salud, la de nuestros hijos, nuestros animales domésticos y el medio ambiente) para hacer que vuelvan a brillar como nuevos, ni tampoco hace falta contactar para pedir ayuda a los expertos del sector. De echo, con un poco de manualidad y dedicación, es posible obtener excelentes resultados haciéndolo una misma y utilizando productos totalmente naturales que se encuentran comúnmente en todas las casas.
Antes de empezar a blanquear la superficie de cerámica que tenéis a disposición, es necesario que os aseguréis de si está esmaltada o no.
La cerámica esmaltada es más fácil de limpiar porque está cubierta por una capa no porosa que impide que las impurezas penetren en las baldosas. El gres no esmaltado en cambio será más laborioso de limpiar en cuanto al polvo, las manchas de aceite o productos similares que con el tiempo, pueden penetrar en la cerámica hasta el punto de estropear parcialmente su aspecto original.
Veamos cómo blanquear las baldosas, sean del tipo que sean, de manera natural: