Los mejillones son uno de los moluscos más famosos en todo el mundo. Mariscos que se conservan entre dos conchas negras, los mejillones contienen un sabor y un aroma únicos.
Plato que de inmediato nos trae a la mente el sabor del mar y el recuerdo del verano, el molusco con caparazón negro puede ser preparado de muchas maneras diferentes. Gratinados en el horno, sin cáscara y utilizados como base para una salsa de tomate “marinara” o incluso combinados con el queso. Son un clásico de la cocina francesa.
Pero, ¿existe realmente algún modo de cocinarlos de una manera simple y que contribuya a preservar su sabor característico y que, sobre todo, no nos haga pasar mucho tiempo detrás de las hornallas?
Cuando se trata de cocinar con simplicidad, generalmente esa resulta ser el mejor camino para obtener excelentes resultados. Especialmente en este caso, en el cual el mejillón es una materia prima un poco compleja para trabajar, se desea tener recetas rápidas pero que posean también un resultado seguro.
A partir de estas suposiciones, uno solo puede pensar en los súper simples y gustosos mejillones a la pimienta.