Los orígenes de esta anomalía
El primer caso documentado de hipertricosis es el de Pedro González, que nació en las Islas Canarias en el 1537 y cuando aún era un niño, fue llevado a Francia convocado por el Rey Enrique II quien cultivava un gran interés por “monstruos y engendros”. A pesar de su interés morboso, lo vistió con trajes ostentosos y ordenó que lo educaran por tutores. Pedro demostró en poco tiempo una gran inteligencia e interés por la ciencia. Años más tarde, se casó con una joven parisina con quien tuvo 6 hijos, 4 de ellos heredaron la enfermedad del padre. Gracias a esta familia pudo deducirse el patrón de herencia autosómico dominante.