Está bien todo lo que termina bien
Supatra como aparece hoy, feliz y enamorada. La «Chica Lobo», como la llamaban en su pueblo, nunca se dio por vencida y logró hacer una vida feliz, tranquila y rodeada de afectos a pesar de las burlas y de las miradas curiosas. ¡No hace falta ser perfectos para ser felices!
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