3) En casos extremos
Si el hedor persiste a pesar de las ventanas abiertas, no tema. Las soluciones son múltiples: en primer lugar lave las alfombrillas. Si es necesario, derrame bicarbonato de sodio por los asientos y el cristal trasero, teniendo cuidado de no dejar que el polvo acabe en los inter-espacios. Es aconsejable en este punto, armarse con dos paños – uno seco y uno húmedo – y un spray en el que mezclar agua y vinagre o agua y limón. Una pasada de este cóctel debería ser suficiente: si no lo es, procúrese un spray elimina-olores y a frotar fuerte.