2) Baño de pies (y de manos)
Caminar en el agua es uno de los remedios más antiguos del mundo y lo mismo vale por el pediluvio «Do-It-Yourself», preparado en casa: es un tratamiento muy efectivo para desinflar los tobillos y para relajarse después de un día en el trabajo. Simplemente hay que sumergir los pies en un bol donde se habrá hecho derretir una buena cantidad de sal en agua caliente. También se puede obtener un resultado de drenaje muy eficaz alternando el efecto del agua caliente con el del agua fría.
En la temporada invernal las manos agrietadas son uno de las mayores molestias. Con la sal se puede obtener la solución contra a la piel seca y poco elástica: la eliminación de las células muertas de la piel que hacen que tus manos queden suaves y tersas. Solo hace falta crear una mezcla con una cucharadita de sal gruesa, una de sal fina, una de bicarbonato, una de yogur y una de aceite de oliva, todo junto dentro de un contenedor (un tupper, un bol o un tazón). Una vez que el mejunje se haya mezclado perfectamente, aplíquelo a través de un masaje en las manos. Aclara con agua tibia y aplícate crema hidratante para dar nueva vida a tu piel.
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