8. Sí a los tacones, pero con algunas excepciones
Es cierto que los tacones pueden adelgazarnos pero, cuidado, no todas las formas o modelos son adecuados para nosotros. Por ejemplo, es mejor evitar los que tienen un cordón alrededor del tobillo porque cortan la línea de la pierna que, por lo general, genera ese efecto adelgazante. Es preferible un zapato de escote simple, tal vez de color carne, que alarga las piernas sin fin.