Si bien seguramente otros artistas hayan efectuado transferencias similares también con anterioridad, Rauschenberg fue el primo en experimentar con ésta técnica en modo sistemático. De este modo, se puede decir que las primeras transferencias son de su invención: con su técnica de frotación con disolvente, los diseños o fotografías ya no debían quedaban pegadas, sino que se grababan en el nuevo soporte, imprimiéndose, y pasando a formar parte de él.