8) No más dolores.
¿Cuántas veces te ha pasado de usar un sostén que te provoca dolor justo donde están los aros? Te obliga a pasar el día tratando de aliviar el malestar, con la consecuencia que acabas nerviosa y avergonzada. Bueno, cuando lo que desearías es quitarte el sujetador para poner fin a esta tortura, coge una compresa, córtala en tiras, como en la imagen, y aplica el trozo de la compresa en el área que te corta la piel.
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