7) Adiós al dolor de hombros.
También las hombreras del sujetador pueden llegar a ser altamente problemáticas por el peso de nuestro pecho, o simplemente por la tela de la que están hechos los tirantes. En lugar de soportar el dolor como un mártir, resuelve la situación de esta manera: coge una tirita de silicona, como esas para las ampollas (un objeto que muchas siempre tenemos en la bolsa!) y colócala alrededor de la correa para que protejan tu piel de la fricción con el tejido.
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